viernes, 8 de abril de 2016

Relatos de una Aceituna en Europa.

Gracias a la brillante idea de mi amiga poeta Cami, comienza esta nueva sección y etapa en mi vida.

Ya queda menos para el gran viaje, y no paro de leer blogs con tips, consejos, sugerencias. 
Muchas veces sólo leo sin pensar y planifico mil kms por recorrer. Me detengo y es inevitable pensar en todo lo acontecido este último tiempo.
Titulares en internet de:

- "Atentados" = Miles de muertos.
- "Mujeres libres = Muchos muertos.
- "Inmigrantes" = Desechados, y claro "me entra el miedito".

Todo lo que viene es nuevo, otro mundo, otra cultura, o la misma wea que en Chile, pero no creo que así sea, somos una estirpe de weonaje en evolución o extinción, ya no sé que creer.




Miro desde la comodidad de mi casa lo que se viene. Lo que he sonado mil veces, creer que con mi metro y medio podré pasar piolita al lado de esos Teutones (la palabra preferida en mis puzzles).

Cada vey que imagino mi llegada al otro continente, está presente ese no se qué en mi gÜata. Siento que el sólo hecho de llegar, será la sensación que he buscado toda mi vida, el hecho de saber que el destino se ha encargado de cumplirlo.

De ahí en más, será el reality de mi vida durante estos meses. Tengo claro que habrá días de inmunidad, donde todo resultará tal como lo había planificado, y otros días en que no podré conmigo misma y seré llevada a capilla (Rojo Fama contra Fama, para los entendidos) o salvada por el público, eliminada por convivencia y un sin fin de otras cosas. Pero si lo pienso, así a sido siempre, sólo que ahora es un una locación sonada.


Y cada tanto, vuelve a entrar el miedito de mil preguntas: si me pierdo, si no tengo donde dormir, si me asaltan y blahblahblah, me tomo un mate, siempre con galletas y vuelve a funcionar mi mente y recuerdo: ni siquiera he salido de Chile y ya tengo nuevos amigos que me invitan a su casa, a conocer sus países, a un simple café, o me ofrecen su ayuda si es que la llegase a necesitar. Siento la necesidad de volver a creer en la gente, en la bondad que hay en cada uno, y que el día a día, la comodidad y el egoísmo se ha encargado de ocultar.

Siempre he pensado que un viaje, donde sea, con amigos, la familia o en soledad, es la oportunidad de conocer lo mejor de nosotros y de poder compartir nuestra esencia.

( En estos momentos ya llevo casi 2 semanas en Berlín, que no me quiere soltar, estaré escribiendo algo desordenado, tal como lo es este viaje).


Viaja por el simple deseo de viajar.