miércoles, 28 de septiembre de 2016

Y llegamos a Berlín!

Hace más de un mes que regresé de esta tremenda aventura, y todas las mañanas el pensamiento es el mismo:

QUIERO VOLVER!!!, emm si, como ha muchos les puede haber pasado, me enamoré de Europa, no por querer menos a mi Chile y Latino América, sino porque simplemente es diferente.


Partí un 3 de Mayo, desde la ciudad de Concepción, o TropiConce, como es conocida. En avión hacia Santiago. Ya en la capital se sienten los nervios, esas cosquillitas en el estómago, y la sonrisa gigante que siento en mi cara, no paro de sonreir a todo el mundo.

Sala de embarque y sólo miro al horizonte y pienso: voy a Alemania!! 
Luego de casi 14 horas de viaje, primera parada Aeropuerto de París, el famosísimo Charles de Gaulle.

Y en buen Chileno diré: puta que es grande!!!
Obvio que tuve una espera de 4 horas, así que lo recorrí entero y es ma.ra.vi.llo.so! Creo que alucino con cualquier cosa, hasta con sus modernos y limpios baños, así bien Carmela.

Pero me sentía como una niña, que queda encantada con lo que sea, hasta con el sanguchito en pan baguet, el cual pedí en un Francés graneado (francés-inglés chilensis).

El soundtrack de Amelie venía a mi cabeza todo el rato, y todas las películas francesas que ví tomaban sentido.
Luego de recorrer el aeropuerto, y no dejar de mirar cada rostro que se me cruza, ya escucho el llamado al vuelvo con destino Berlín, micro infarto nuevamente!

Es un sueño estar volando sobre Europa, un sueño.
Sólo llevo planificado los primeros días. 3 noches en un hostel, y luego couchsurfing. Durante meses leí y leí información, comentarios, preguntas frecuentes, blogs, webs, etc, y ya con lo necesario para mí, me sentí preparada para afrontar la primera semana en Berlín.

Y en un momento, con la emoción no me dí cuenta que ya llegaba a Berlín. La ciudad que me enamoraba cada día, cuando veía el canal DW y le comentaba a mi familia "algún día estaré ahí".
Y ese día llegó, 4 de Mayo 2016, mis pie tocan tierras germanas.
Bajo del avión, y el nerviosismo se apodera de mi, trato de entender algo, y mágicamente mis clases express en Duolingo hacen efecto, y algo entiendo. Mi inglés al principio es un poco cortado, mucho tiempo sin practicar, pero de a poco agarro confianza.

Aquí viene el primer pensamiento sobre la manga del equipaje, vendrá mi mochila? y viendo girar y girar las maletas, aparece mi mochilita, la cual me acompaño en esta travesía.

Ya había leído sobre cómo llegar del aeropuerto al centro de la ciudad, así que sólo quedaba la parte difícil, comprar el ticket para el bus. Pero después de unos minutos me dí cuenta de lo amables que son los Alemanes, y ya respiraba tranquila con el ticket en mano. Gracias a la eficiencia del transporte en Alemania, no tuve ningún contratiempo en llegar al Hostel (Backpacker Hostel), creo que mi boca abierta y mirada al cielo, evidenciaba mi primera vez.